Aquí, al final de su carta que es muy práctica, Jacobo nos exhorta sobre la importancia de la oración en la vida cristiana y en la comunidad eclesial. No es casualidad que termine con esta nota. Toda su carta ha sido sobre cómo tener una fe viva, cómo ser personas integrales, cómo ser una comunidad piadosa. Santiago cierra su carta con exhortaciones sobre la oración porque es la forma más importante para que crezcamos en todas estas áreas. Una iglesia sin oración es una iglesia sin fe y sin poder. La cantidad y calidad de nuestra vida de oración como individuos y como comunidad revela el grado en que realmente creemos en Dios. Porque, si realmente creyéramos que Dios es Todopoderoso y Soberano, y si realmente creyéramos que Él es bueno en sus promesas de respondernos de acuerdo con su sabiduría, seríamos fervientes en oración. Ese es el objetivo en este sermon: que estemos animados a ser más fervientes en la oración.